En Guadalajara, México, me uní a un equipo de diez personas de los Estados Unidos en un viaje misionero con Wheels for the World de Joni and Friends. Como mecánico de sillas de ruedas, mi función era asegurarme de que cada silla de ruedas que distribuíamos estuviera personalizada para satisfacer las necesidades únicas de los destinatarios. Durante cinco días, el equipo estadounidense trabajó con cientos de personas locales en dos iglesias, adaptando cada silla a la medida con cuidado y atención al detalle para más de 300 personas.
El equipo con el que trabajé estaba formado por un especialista en asientos, un traductor y un mecánico. Juntos, adaptamos sillas nuevas a 28 personas esa semana.
Las historias que escuchamos fueron inspiradoras: testimonios de resiliencia y coraje frente a la adversidad. Para muchos, recibir una silla de ruedas significó más que solo movilidad: fue un salvavidas para la independencia y la oportunidad.
Aunque fue un viaje exigente física y emocionalmente, reafirmó nuestro compromiso con el servicio y la solidaridad. De cara al futuro, me entusiasma seguir participando en Wheels for the World, donde sea que me lleve. Nuestro viaje no se limitó a distribuir sillas de ruedas, sino a restaurar la dignidad, empoderar vidas y difundir el amor.